TOMA DE DECISIONES

Muchas veces a lo largo de nuestra vida nos vemos en la situación de tener que elegir entre diferentes opciones u oportunidades.

Algunas elecciones son fáciles, y otras no tanto: el problema está cuando el hecho de tener que tomar una decisión nos bloquea y no somos capaces de decantarnos por ninguna opción. Normalmente éste bloqueo es debido a diversos miedos: miedo a equivocarnos, por no querer renunciar a ninguna opción, miedo a lo desconocido… etc.

Reconocer la importancia de “la toma de decisiones”, es tan simple como echar una mirada atrás y entender que el presente, es causa de las decisiones que tomaste en el pasado. Tomar decisiones, es sin duda una actividad que diariamente hacemos, pero que para muchos no deja de ser difícil por momentos.

¿Cómo pueden ayudar los psicólogos en tratar problemas con la toma de decisiones?

Si tomar una decisión va acompañado por una sensación excesiva de miedo a equivocarse y miedo a la crítica por parte de los demás, se puede tener un problema de toma de decisiones.

Las personas que sufren un problema con la toma de decisiones presentan los siguientes problemas:

  1. Pérdida de contacto con los propios sentimientos: Si no tenemos en cuenta nuestros sentimientos al tomar una decisión, estamos saboteando nuestro proceso de toma de decisiones porque, aunque muchas veces la toma de decisiones es un proceso racional, la decisión racional tiene que ir en la misma dirección que nuestras emociones, si no, se producirá un conflicto interno.
  2. Evitación de los problemas que pueden producir ansiedad, con la finalidad de no experimentar el sufrimiento que se produce al enfrentarse a la situación de tener que tomar una decisión.
  3. Desconocimiento o carencia de una escala de valores: No conocer nuestros valores es como si no los tuviéramos. Al evitar la elección se fortalece la carencia de valores con lo cual las elecciones se hacen cada vez más difíciles, creándose así un círculo vicioso.
  4. Escasa autoestima o falta de confianza en sí mismo.
  5. Desesperanza, depresión y ansiedad: Tales problemas son síntomas de dificultades más profundas y muchas veces requieren de la ayuda profesional.
  6. Imagen irreal del propio yo, disminuye la autoconfianza y obstaculiza el proceso de la toma de decisiones. Ignorar y olvidar las cualidades reales, es decir, tener la percepción de uno mismo distorsionada conduce a tomar elecciones erróneas ya que, las decisiones, se toman en función de cualidades y talentos inexistentes.
  7. La dependencia de los demás y la necesidad obsesiva de agradar a los demás pueden tener un proceso de anulación del propio yo. La dependencia de los demás dificulta el proceso de elección puesto que se eligen las opciones que pensamos que van a agradar a los demás.
  8. Búsqueda obsesiva del reconocimiento: Las personas con este bloqueo quieren llamar la atención; prefieren ser aceptadas antes que estimadas, ya que su autoestima se basa en lo que ellos piensan que los demás opinan de ellos.
  9. Perfeccionismo y afán de hacerlo todo bien.
  10. Temor al sentimiento de culpa que se puede sentir si se toma una decisión errónea.
  11. Exigencias desmedidas y sentimientos de culpa por ellas: Toma la forma de “debería” y “tendría” formas verbales que producen ansiedad y sentimientos al no ser alcanzados.
  12. Sensibilidad a la presión de los plazos temporales.
  13. Falta de organización en el día a día.

Tomar decisiones a nivel individual se caracteriza por el hecho de que una persona hace uso de su razonamiento y pensamiento para encontrar y elegir una solución para resolver un problema que se le presenta en la vida, es decir, si una persona tiene un problema, deberá ser capaz de resolverlo individualmente tomando sus decisiones de forma consciente y voluntaria.

La toma de decisiones consiste, básicamente, en elegir una opción entre todas las disponibles, a los efectos de resolver un problema actual o potencial (aun cuando no se evidencie un conflicto latente).

Para tomar una decisión, cualquiera que sea su naturaleza, es necesario analizar, evaluar, reunir alternativas y considerar las variables, comparar varios cursos de acción y finalmente seleccionar la acción que se va a realizar.

Otros factores implicados son la búsqueda de información, comunicación, asertividad, autoconfianza y seguridad personal.

Estas habilidades ofrecen a las personas herramientas para evaluar las diferentes posibilidades, teniendo en cuenta, necesidades, valores, motivaciones, influencias y posibles consecuencias presentes y futuras.

Esta competencia se relaciona con la capacidad de tomar riesgos pero difiere en que no siempre las decisiones implican necesariamente un riesgo o probabilidad de fracaso, sino que tienen como mínimo dos vías alternativas de acción, de las que tenemos que optar solo por una, para resolver un problema.

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